jueves, 5 de diciembre de 2019

Fármacos incompatibles, vía central y lúmenes diferentes ¿buena mezcla?

Estamos en la víspera del puente de diciembre, y nuestra agenda apretada de final de año no nos ha dado para preparar una entrada nueva para hoy. Sin embargo, sí nos da tiempo a hacer un remember post. Hubo una época anterior a este blog en el que publicábamos solo en Facebook. De ese tiempo, hoy rescatamos la siguiente entrada (que tuvo muy buena acogida entonces):

Nuestra compañera Antonia Berna García nos lanzó una pregunta, ¿Los fármacos incompatibles administrados simultáneamente a través de la misma vía central por lúmenes diferentes, pueden precipitar al mezclarse a la salida al torrente sanguíneo? ¿Es relevante el puerto por el cuál se administren estos fármacos (puerto proximal, medial o distal)?

Desde PreClic, intentamos buscar inicialmente en guías clínicas, bancos de preguntas, revisiones sistemáticas, pero sin embargo no encontramos ese tipo de evidencia. Por ello, lanzamos una pregunta a PubMed, donde pudimos encontrar ciertos artículos al respecto, sin embargo el mejor artículo relacionado y más actual data del año 1999 (link aquí).

Hoy en día la en la fabricación de vías centrales, las salidas de cada lumen están separadas por una distancia de seguridad para que potencialmente no se puedan mezclar los fármacos al contacto directo, esta característica de las vías centrales no está basada en evidencia actual, pero en el ensayo in-vivo (en modelo animal porcino), la formación de precipitados en vías centrales con separación de al menos 0.4 cm produjo precipitados, pero no suficientes como para producir efecto adverso alguno. Incluso, independientemente de la combinación de los puertos utilizados (proximal, medial o distal) en la administración de fármacos incompatibles.

El hecho de que no haya evidencia actual, podría cuestionar este hecho con otros fármacos, otros tipos de vías centrales, y/o en la práctica clínica habitual con humanos. Sin embargo, según la asociación Lynn Haddaway en EEUU, pese a la falta de evidencia en los últimos casi 20 años, la práctica clínica habitual no ha levantado sospecha en cuanto a la formación de precipitados y sus posibles efectos adversos.

Os invitamos a que opinéis al respecto, especialmente a los compañeros de UCI, que seguro os habréis hecho la misma pregunta alguna vez. ¿Qué pensáis?.

¡Muchas gracias Antonia por la pregunta!

Originalmente publicada el 7 de julio de 2017.



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