Hace un tiempo, Vivian nos preguntaba qué evidencia hay sobre el aumento de infecciones asociadas a uso de esmalte permanente de uñas, ya que se había fijado que varias compañeras lo usaban en su práctica habitual.
Seguro que casi todos los que trabajamos en el ámbito sanitario tenemos en mente que no es aconsejable llevar las uñas pintadas, especialmente en ciertos ámbitos (por ejemplo, en quirófano). Sin embargo, ¿qué evidencia hay al respecto? ¿Habrá diferencias entre el esmalte de uñas normal y el permanente?
Preguntas lanzadas...¡Y recogidas! Allá vamos.
Imagen: flaticon |
Bancos de preguntas
Nos pasamos por Preevid, ponemos en su buscador el término "esmalte" y...¡bingo! Encontramos una entrada incluida en el 2018 que se ajusta casi perfectamente a nuestra pregunta: "¿El uso de esmalte de uñas en quirófano por parte de los profesionales (medicina, enfermería) aumenta el riesgo de infección del lugar quirúrgico?". Para responder a la pregunta, el equipo de Preevid consultó una revisión sistemática (RS), un documento de expertos y un sumario de evidencia.
- Tanto el documento de expertos como el sumario de evidencias hacen hincapié en que los trabajadores sanitarios deben llevar las uñas cortas y libres de esmalte, así como no llevar uñas artificiales. La justificación que se hace en estos dos documentos es que se ha observado que un esmalte astillado o usado durante más de cuatro días favorece la proliferación de microorganismos más difíciles de eliminar con el lavado de manos. También comentan que el uso de esmaltes y uñas artificiales se ha asociado a brotes de infección en ciertos ámbitos.
- Respecto a la RS (¡de la Cochrane!), la conclusión es que no hay evidencia de si el uso de esmalte de uñas puede estar asociado a las tasas de infección de las heridas quirúrgicas. ¿Y eso? Luego le echaremos un vistazo con más profundidad :)
En esta entrada de Preevid no se mencionan los esmaltes de uñas permanentes.
Tras pasar por Preevid nos damos una vuelta por el banco de preguntas de PiCuida, aunque esta vez no encontramos ninguna entrada relacionada con nuestro tema.
Guías de Práctica Clínica (GPC)
Segundo paso: ojear las GPC, tanto las nacionales como las internacionales. Os dejamos un pequeño resumen de lo que hemos encontrado.
Organización Mundial de la Salud:
En la Guía para la prevención de infecciones del sitio quirúrgico (2016) se recomienda llevar las uñas cortas y retirar las uñas artificiales antes de comenzar el lavado quirúrgico de manos (no mencionan el uso de esmalte de ningún tipo).
Centers for Disease Control and Prevention (CDC) de EEUU. Nos adentramos en su buscador y encontramos la "Guía para la higiene de manos en entornos sanitarios". ¡Bieeeeen! Seguro que encontramos información interesante. Pero, espera. Nos fijamos un poco y ¡oh no! la guía es muy antigua, del 2002. Nuestro gozo en un pozo. Aún así, echamos un vistazo a las recomendaciones que nos hacen respecto al esmalte de uñas:
- Según la guía, el esmalte de uñas recién aplicado parece no aumentar la cantidad de bacterias recuperadas de la piel periungueal, pero el esmalte de uñas astillado puede favorecer el crecimiento de un mayor número de microorganismos en las uñas.
National Institute for Health and Care Excellence (NICE), de Reino Unido. Encontramos dos GPC que nos pueden interesar: una centrada en la prevención de infecciones del sitio quirúrgico y la otra en prevención de infecciones en atención primaria y comunitaria. ¿Qué dicen sobre el esmalte de uñas?
- En el ámbito quirúrgico, se debe retirar el esmalte de uñas previo al lavado quirúrgico de manos.
- En el ámbito de la atención primaria y comunitaria, los trabajadores sanitarios deben asegurarse de que sus manos puedan descontaminarse durante la el trabajo clínico, asegurándose, entre otras medidas, que las uñas estén cortas, limpias y sin esmalte de uñas.
Buscamos también en Guiasalud y Agency for Healthcare Research and Quality (AHRQ), de EEUU, pero no hemos encontrado nada. Tampoco hemos visto ninguna recomendación específica sobre el esmalte de uñas permanente.
La recomendación parece clara y homogénea en distintos ámbitos y sistemas de salud. Pero, ¿de dónde vienen estás recomendaciones?
Revisiones sistemáticas
Ahora sí, retomamos la RS de la Cochrane que mencionaba Preevid en su entrada. Esta revisión es una actualización del 2014 (la primera RS de la Cochrane sobre el tema es del 2002).
- El objetivo de la RS fue evaluar el efecto de la presencia o ausencia de anillos y esmalte de uñas en las manos del equipo de quirófano sobre las tasas de infección de las heridas postoperatorias.
- Pues bien, solo pudieron incluir en la revisión un pequeño ensayo clínico, publicado en 1994. En este estudio, donde las participantes fueron enfermeras instrumentistas, se compararon tres grupos: uñas sin esmaltar, uñas recién esmaltadas (< 2 días) y uñas con esmalte astillado o aplicado más de 4 días.
- Tras el lavado quirúrgico, se realizó un cultivo de las yemas de los dedos de las participantes. Aunque el grupo de uñas con esmalte astillado o aplicado hacía más de 4 días presentaron niveles mayores de Unidades Formadoras de Colonias (UCF), no hubo diferencias estadísticamente significativas entre los grupos.
La conclusión de la RS es que no hay evidencia suficiente para determinar si el uso de esmalte de uñas afecta al número de bacterias en la piel después del lavado.
Búsqueda en bases de datos
Bueno, pues ya solo nos queda zambullirnos en una de nuestras bases de datos de cabecera e intentar averiguar si hay algún estudio más reciente que pueda arrojar un poco de luz sobre este tema.
Dicho y hecho. Realizamos la siguiente búsqueda a través de Pubmed: (infection[Title/Abstract]) AND ("nail polish"[Title/Abstract]). Encontramos 15 resultados, aunque solo uno es interesante para contestar nuestra pregunta de hoy. Vamos a ver qué nos dice.
- El objetivo fue evaluar si las enfermeras que llevaban esmalte de uñas presentaban mayores recuentos de microorganismos en las uñas y piel subungueal que las enfermeras que no llevaban esmalte.
- Las participantes fueron 89 enfermeras de un centro oncológico de EEUU. La metodología del estudio es, cuanto menos, curiosa. Se incluyeron 89 enfermeras, pero los "sujetos" del estudio que se aleatorizaron (porque, no lo hemos dicho, pero este estudio es un ECA) fueron los dedos índice, corazón y anular de la mano dominante de cada enfermera.
- Cada uno de los tres dedos se aleatorizó a tres grupos: uña sin esmaltar, uña con esmalte de un día y uña con esmalte de cuatro días. Las participantes trabajaron al menos un turno completo en atención directa al paciente antes de realizar el cultivo. Tras este turno, se recogieron muestras de los tres dedos, pero solo se enviaron a analizar la que se había programado para ese día de manera aleatoria (las otras dos muestras se desechaban). Tanto las participantes, como la persona que obtenía la muestra y el personal de laboratorio estaban cegados a la asignación del grupo de uñas para el cultivo.
- Vamos con los resultados: se analizaron un total de 265 uñas (89 para cada grupo, menos dos perdidos en el grupo de 4 días). Tanto para organismos grammpositivos como grammnegativos, las medias de UCF en el grupo de esmalte <1 día fueron menores que las medias de UCF del grupo de uñas sin esmaltar o con esmalte aplicado más de cuatro días. También hubo un recuento menor de UCF en las uñas esmaltadas menos de un día que no presentaron astillado respecto a las que sí que lo presentaban o las que no estaban esmaltadas.
- Los autores concluyen que el esmalte de uñas recién aplicado parece obtener menores recuentos de microorganismos. Sin embargo, en cuanto se producen desperfectos en el esmalte (en el estudio aparecieron en tiempos menores a 24h), estos recuentos de bacterias aumentan de forma significativa.
- En este caso, uno de los criterios de exclusión fue el uso de luz ultravioleta (que precisamente es la que se utiliza en los esmaltes permanentes).
Conclusiones de PreClic
- No hemos encontrado evidencia sobre si el uso de esmalte de uñas permanente por parte del personal sanitario se asocia a un aumento de infecciones nosocomiales.
- De hecho, la evidencia respecto al uso de esmaltes de uñas (no permanentes) por parte de los trabajadores sanitarios es muy escasa. Parece que el aumento en el recuento en el número de bacterias tiene que ver con los esmaltes desgastados que presentan astillas.
- No obstante, las recomendaciones de las guías de diferentes instituciones siguen siendo: no llevar uñas postizas ni esmaltadas y mantener las uñas cortas.
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