jueves, 16 de junio de 2022

Heridas quirúrgicas, infección... de eso VAC la cosa

Esta semana de calor traemos una pregunta que nos comentó nuestra amiga Yolanda sobre el uso de los sistemas de presión negativa (comunmente conocidos como VAC, del inglés Vacuum Assisted Closure). 

¿Está justificado el uso del VAC de forma preventiva en las cirugías abdominales para evitar infección del sitio quirúrgico?

Fuente imagen: Wikipedia

Nos ponemos manos a la obra para encontrar si hay evidencia que soporte este uso. 

Bancos de preguntas

En Preevid encontramos algunas preguntas que podrían guardar relación. En una de ellas, se indica que la terapia de presión negativa con instilación podría ser de utilidad en las heridas quirúrgicas, sin especificar si esto se debe hacer de forma preventiva. 

En otra se explica que, según una revisión sistemática, en fracturas abiertas que se curan por segunda intención tras cirugía, aparecerían menos infecciones en pacientes curados con VAC que sin él. No obstante esta diferencia no se aprecia en otro tipo de heridas crónicas según la misma fuente. Además indican que en un ECA obtienen como resultado una disminución drástica de la tasa de infección en las heridas por laparotomía contaminada si se curaban con sistemas VAC, frente a las curas convencionales.

Intentamos en PiCuida sin tener resultados sobre nuestra pregunta.

Guías de práctica clínica

En GuiaSalud no encontramos guías sobre el uso de estos dispositivos, tampoco recomendaciones de no hacer relacionadas. 

Buscamos tambien en NICE, donde encontramos una guía de 2021 en la que se apuesta por el uso del VAC en heridas infectadas que no respnden a tratamientos convencionales, incluyendo heridas quirúrgicas. No obstante esta apuesta se hace con una evidencia que describen como escasa y mejorable.

Revisiones sistemáticas

Navegando por Cochrane library encontramos una revisión sobre manejo de heridas abdominales abiertas sin traumatismo previo, incluyendo así las quirúrgicas. En ella se concluye que, debido a la escasa y baja calidad de la evidencia que encuentran, no es posible saber si el efecto de la terapia de presión negativa sea realmente más efectiva que otras formas de curar, pese a que en los ensayos que incluyen si que se apuesta por este tratamiento, aunque con metodologías pobres. 

En un a revision bibliográfica del instituto nacional de salud de Perú se describe que los resultados de cuatro revisiones sistemáticas muestran que la terapia de presión negativa puede reducir la tasa de infección del sitio quirúrgico, pero no obtienen evidencia suficiente para otros desenlaces como: tasa de mortalidad, tasa de dehiscencia, incidencia de seroma y tasa de reintervención. 

No dejamos de visitar MedLine-PubMed con el filtro de revisiones sistemáticas, donde encontramos una revisión de 2021 en la que se concluye que la evidencia existente sugiere que el uso de las terapias de presión negativa sobre el sitio quirúrgico de forma profiláctica puede ser útil para disminuir la tasa de infección, no pudiendo generalizarse su recomendación debido a la aún escasa literatura. 

En otra se compara el uso de antibióticos con la presión negativa en las heridas quirúrgicas para evitar infecciones, siendo la conclusión final que, siendo la terapia VAC útil para evitar infecciones, no se puede recomendar su uso para retirar la antibioterapia debido a la poca evidencia de los estudios incluidos.

Búsqueda bibliográfica

En un ensayo clínico sobre cirugía pancreática concluyeron que no había diferencias entre el grupo tratado con VAC y el grupo tratado con apósitos estándar.

En un estudio de cohortes retrospectivo sobre cesáreas en embarazadas con obesidad concluyeron que había mayor riesgo de infección relacionado con el uso de terapias de presión negativa.

En otro ensayo de cirugía abdominal conluyeron que, no habiendo diferencia en la tasa de infección, si que se mostraban menores tasas de dehiscencias en el grupo de tratamiento de presión negativa.

Conclusión de PreClic

Si bien es cierto que la terapia de presión negativas parece ser un buen sistema para acelerar la cicatrización, la evidencia que encontramos todavía no apuesta por su uso de forma rutinaria preventivamente en heridas quirúrgicas abdominales, habiendo encontrado estudios que muestran resultados heterogéneos y revisiones que no permiten concluir claramente que tratamiento es mejor para evitar las infecciones.

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